Si alguna vez has anhelado ser un buen soldado para el Señor Jesucristo, debes tener bien presente que las condiciones o la aptitud para serlo están expresadas claramente en la segunda carta a Timoteo.
2° Timoteo 2:3
Reina Varela 60:
“Tú, pues, SUFRE PENALIDADES COMO BUEN SOLDADO DE JESUCRISTO”.
Nueva Traducción viviente:
Soporta el sufrimiento junto conmigo como un buen soldado de Cristo Jesús.
El apóstol Pablo le escribe a Timoteo puntualmente que debe sufrir penalidades como un buen soldado de Jesucristo, dando a entender que los buenos soldados son aquellos que padecen durante un servicio o misión a fin de consumar la misma.
O sea que si anhelamos ser buenos soldados para nuestro Señor Jesucristo debemos estar dispuestos a sufrir las penalidades que se presenten durante el servicio o misión que.
Él nos haya encomendado, y padecer todas las adversidades que demande consumar aquella misión, sean cosas malas, aflicciones, molestias o incomodidades. Superado esto vamos a estar en condiciones de ser llamados buenos soldados, así como suele suceder en cualquier ejército de soldados que sirven a un país, donde aquellos que se esmeran en las batallas entregando sus fuerzas y valentía por fidelidad a su patria, luego son considerados buenos soldados, y que por causa de aquella entrega y buen desempeño en el campo de batalla son condecorados y reconocidos públicamente con una medalla al valor, porque mencionado esfuerzo los expuso a peligros de muerte en varias oportunidades, pero a pesar de ello mantuvieron su fidelidad al servicio por estar convencidos de un ideal patriótico.
Ahora bien, entendiendo que ser un buen soldado, implica participar en batallas, y arriesgar la vida para que se cumpla la misión encomendada, pregunto:
¿Que tan seguro estas de querer ser un buen soldado para el Señor Jesucristo?
Si pudieras elegir entre: ser un soldado raso común designado a tareas sencillas que no tienen ningún riesgo o peligro (como los que existen en la guerra), o un soldado designado a la guerra conociendo todos los riesgos que existen en el campo de batalla, ¿cual elegirías? Me atrevo a decir que vas a considerar ser un soldado raso y común antes que elegir sufrir las penalidades de un soldado de guerra.
Realmente ¿QUIERES SER UN BUEN SOLDADO? ¿Estás dispuesto a sufrir penalidades por causa de servir al Señor Jesucristo? ¿Estás dispuesto a ser defraudado, maltratado, golpeado, insultado, injuriado, y tantas otras cosas que no son nada agradables para la carne?
Quizá puede ser atractivo anhelar ser un buen soldado cuando observamos los reconocimientos que suelen alcanzar, pero obviamos todo el sufrimiento que padecieron para lograrlo.
A la verdad como soldados de Cristo siempre vamos a estar expuestos a diferentes batallas en este mundo, que se presentarán de muchas formas y en diferentes circunstancias de nuestras vidas, y es allí donde se va a medir nuestra aptitud para el servicio, es allí donde se demostrará si somos buenos soldados o no.
Y considero que es necesario tener bien presente cual fue el comportamiento de nuestro Señor Jesucristo frente a los padecimientos que sufrió, dejándonos ejemplo para que le imitemos tal como lo declara el apóstol Pedro en su primera carta.
1° Pedro 2:20-21.
Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, DEJÁNDONOS EJEMPLO, PARA QUE SIGÁIS SUS PISADAS.
¿QUIERES SER UN BUEN SOLDADO DE CRISTO? Esta es la condición, sufrir penalidades por amor a Él a fin de consumar la misión, de la misma forma que todos aquellos buenos soldados que le sirvieron en batallas, sufriendo grandes adversidades por amor a Él, del cual las escrituras dan breve testimonio destacando sus hazañas como ejemplo para nosotros, pasando por alto sus nombres a fin de recibir la gloria del Padre en aquel día.
Hebreos 11:36-38.
Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles.
Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;
de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
Esta más que claro que si verdaderamente anhelamos ser buenos soldados para nuestro Señor Jesucristo debemos reunir esta condición, la de estar predispuestos a sufrir penalidades en todo servicio por amor a Él, a fin de que Él sea glorificado en todo, más allá de que esto represente nuestra humillación.